jueves, 27 de octubre de 2011

Los Bingueros del PP


Se dice que España es el país de la picaresca. Desde Rinconete y Cortadillo hasta Los Bingueros, la tradición narrativa española se ha dedicado a retratar esa laxa moralidad que siempre parece estar sometida a los asuntos pecuniarios. En los últimos años buena parte de la clase política nos ha recordado lo poco que ha cambiado este país en este tiempo. 

El caso Gürtel, pese a su extraño nombre, es la cosa más española que existe desde la tortilla de patatas. Es bastante difícil de imaginar el surrealismo que rodea a este escándalo localizado en cualquier otro lugar del mundo. Y es que aunque es cierto que en los últimos años España no gana para disgustos, este bendito país nos regala algunos días imágenes tan irónicas que casi hace que todo esto merezca la pena. 

Hoy se ha elegido el jurado popular para el juicio contra Camps. Para tal elección se ha contado con el puntero artefacto de un bingo de juguete. 

Muchos twitteros al ver la imagen se han apresurado a adjetivarla con el término berlanguiano, pero en mi opinión las películas de Berlanga eran mucho más sutiles que estas imágenes que nos toca ver cada día en el telediario.   La imagen hoy acontecida en los juzgados de Valencia se acerca más al mundo de Mariano Ozores, director de la película citada en el título de este post. No he podido evitar recordar una secuencia en la que Pajares y Esteso echan unos cartones con la familia de un recién fallecido, el cual se encuentra todavía de cuerpo presente en la casa. El Bingo utilizado en la película es extremadamente parecido al utilizado hoy. Pocas veces podemos ver una metáfora tan certera y mordaz de lo que es España, un país donde la justicia se pasa el día jugando con su infantil e inocuo juego de azar mientras todo parece derrumbarse.  Si algún día el mundo termina a nosotros nos cogerán jugando al Mus.

Si piensan que está es la única similitud que existe entre el caso Gürtel y Los Bingueros, les invito a que naveguen por la red buscando el cameo del bigotes en la cinta,  por algo era el cuñado de Andrés Pajares.

jueves, 6 de octubre de 2011

La crisis llega a Disney.

El Domingo pasado Dora la Exploradora y Minnie Mouse se enzarzaron en una dura reyerta en el centro de la ciudad. Menos mal que el bueno de Bob, Bob Esponja, separó a los dos personajes de Disney.  Estos hechos  parecen una secuencia sacada de una nueva versión de ¿Quién engaño a Roger Rabbit?. En la estupenda película de Robert Zemeckis, los dibujos animados se enfrentaban  a un sórdido mundo de humanos con crímenes, traiciones, adicciones y adulterios por medio:   
 
 La trama ocurría en una ciudad de Los Ángeles recién sacada de cualquier clásico de cine negro. Por el contrario la pelea entre la joven Dona y la veterana Minnie sucedió realmente en la madrileña puerta del Sol: http://noticias.terra.es/2011/sucesos/1003/actualidad/bob-esponja-protege-dora-la-exploradora-del-brutal-ataque-de-minnie.aspx

Todo parece muy divertido, siempre y cuando no rasquemos debajo de los afixiantes disfraces de las mascotas. Probablemente dentro de esos personajes icónicos, encontremos a un par de sudamericanos o sudamericanas luchando por el control de una de las mejores esquinas de Madrid para ejercer la enésima forma de prostitución existente en la capital.

Y es que ya lo decía hace poco el famoso especulador de la BBC,  en tiempos de crisis hay muchas formas de hacer dinero, sobre todo si estamos dispuestos a colaborar con mafias que utilizan a personas (y a personajes) desesperadas.