Pareciera que el Gobierno Rajoy se había alejado de la caridad, que define su ideario democristiano, en pos de la inexorable ley neoliberal... Pero no, la vena católica ha vuelto a latir con la medida de la prórroga del subsidio a los parados de larga duración, 400 euros que conseguirán "que nadie se quede en la cuneta" (Cospedal proclama). Después de haber repartido una millonada a bancos y cajas en quiebra con el dinero de todos, se agradecen estos detalles de humanidad. Tras haber implementado una reforma laboral salvaje que ha recortado el horizonte de los trabajadores, alivian algo estas cataplasmas, una vez que han amnistiado a las grandes fortunas evasoras, algo había que dejar para los menos favorecidos... Vamos, que tenemos que estarle agradecido al caritativo Señor Rajoy que, en lugar de rematarnos, nos da árnica para seguir con el deguello...
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