domingo, 16 de diciembre de 2012

RAJOY, ESE PROFETA DEL DARWINISMO SOCIAL



Pensábamos que el Gobierno del PP estaba acometiendo los recortes para beneficiar a los bancos y a los privilegiados, según los críticos, para regenerar España según creen los más optimistas o para arreglar los desastres de ZP -al parecer de los más seguidistas-. Pero no, un documento que hemos rescatado de los años en los que Mariano Rajoy se bregaba como diputado gallego y Presidente de una Diputación Provincial de su tierra, nos ha revelado cuáles son las verdaderas razones.

Los dos artículos periodísticos, escritos por Don Mariano cuando comenzaba la larga égida socialista, ponen de manifiesto que el "darwinismo social" el que inspira las políticas de nuestro actual inquilino de la Moncloa. Resulta que no es, como dicen las malas lenguas, un timorato, una avestruz galaica, un político que deja pudrirse los problemas... Rajoy es, simplemente, un ferviente seguidor de la doctrina de Spengler: el homo sapiens es biológicamente desigual y la sociedad se tiene que acomodar a esa ley escrita por la naturaleza. Oscar Schmidt lo redondeó: <<El principio mismo del desarrollo niega el principio de igualdad>>. El Presidente del Gobierno no es un mentiroso, como sostienen cada vez más ciudadanos, Rajoy se limita a ser consecuente con su ideario, es un profeta de ese Evangelio liberal. Y está consiguiendo sus objetivos: ya España es el país más desigual de Europa y caminamos a buen paso a estar entre los primeros del mundo. Entre tanto el actual gobierno se está deshaciendo de toda esa grasa que nos impedía estar entre la élite: la sanidad y educación públicas, la extensa clase media, la gratuidad de los servicios que debiera regir el mercado. Los débiles quedan, pues, donde debían estar, como les ocurre a las especies menos privilegiadas en la Madre Naturaleza. Todo ha sido un espejismo consecuencia del delirio socialista, que está en contradicción con la naturaleza humana y los designios de Dios; por eso Rouco Varela y los suyos están encantados, pues el gobierno por fin se adecua a la Providencia y ha permitido que la asignatura de religión nos enseñe que todos no somos iguales a los ojos del Creador... Basta echar un vistazo a la naturaleza que nos rodea, que es el espejo donde se tiene que mirar la sociedad.

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