domingo, 7 de julio de 2013

EL ESPIADOR ESPIADO O EUROPA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS




Zambullirte en los periódicos es todo un ejercicio de terapia mental. Si realmente los líderes que nos gobiernan demuestran tal grado de coherencia y racionalidad, los pobres gobernados estamos rebosando cordura por mucho que el calor, las tribulaciones y la crisis nos pongan al borde de la locura. 

Empecemos por el Emperador del Mundo, quien, para proteger nuestra sacrosanta libertad occidental, invade impunemente nuestra privacidad, escudriña nuestra intimidad con artilugios espía de la CIA y el NSA, en connivencia con la Santa Alianza Anglosajona y la Kaisser Merkel (de tapadillo). En nombre de la democracia y de los derechos humanos quieren encerrar a Snowen, por mor de la seguridad humillan al cholo Morales clausurándole los espacios aéreos de las obedientes colonias europeas y generando, de paso, un cisma diplomático con el eje antiimperialista bolivariano. Esas mansas provincias europeas habían sido previamente auscultadas por la Gran Oreja americana, una práctica al parecer habitual entre amigos (¿les pasa a ustedes con los suyos?).

En España el Gobierno inicia una ofensiva de transparencia y buenrrollismo mientras Bárcenas empieza a destapar sus miserias tomando como confidente a Pedro J, gran adalid de la deontología periodística y la neutralidad política. El PSOE se hace ahora federalista y deja al PP como único garante de la España una, autonómica y transitiva mientras las periferias están ya pensando en la independencia. Al mismo tiempo los socialistas, tan críticos con la corrupción conservadora, atacan a los jueces cuando los dedos se dirigen hacia ellos. 

En Egipto el Ejército ha desbancado a un gobierno elegido en las urnas porque no cumplía con sus promesas electorales, había traicionado los anhelos del pueblo y seguía dictámenes religiosos. Algo parecido ha perpetrado el ejecutivo cesaropapista de Rajoy..., pero aquí no tenemos Ángel Vengador; los militares españoles hace tiempo que están desactivados (gracias a San Narciso) y, menos mal, porque nunca actuaron sino desatando la violencia contra su pueblo. Quizá por eso la derecha posfranquista quiere tapar las tumbas, no sea que el espíritu del Caudillo se vuelva contra su impostura y venga a liberar a sus súbditos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario