sábado, 23 de noviembre de 2013

UNA PATADA EN LA BOCA DE LA DEMOCRACIA

El Gobierno de la ultraderecha carpetovetónica celebró el aniversario de la muerte de Franco con un homenaje sentido a su caudillo. Ese día se coló por los terminales mediáticos la ley de orden público (ya no de seguridad ciudadana) que prepara el camarada Fernández Díaz (sí, suena a nombre falangista). Al día siguiente los que asistíamos a la pantomima oficialista del V Congreso de Cultura Iberoamericana de Zaragoza comprobábamos que ese proyecto de barbarie legal ya estaba en marcha. El recinto de la Expo había sido tomado por los policías nacionales y locales, instalando más controles que en un aeropuerto y sometiendo a los congresistas a la consabida ceremonia de humillación. Así pues, lo que se presentaba como un encuentro de la cultura fue transformándose en un desencuentro entre ciudadanía y fuerzas de seguridad, ahora represivas. Los iberoamericanos, tan acostumbrados a regímenes tocapelotas, estaban alucinados ante los acosos de semejantes huevones uniformados... ¿Esta es el liderazgo cultural que quiere vender la Madre Patria? Realmente lo que vendimos fue la marca España represiva. Este es el branding del PP. Por si había duda de la estrategia Gran Hermano, los organizadores colocaron como presidentes de algunos estratégicos debates a repeinados secretarios de estado, todo ello con la complicidad del PSOE municipal coorganizador (cuyos aparachiks se quejaban a hurtadillas de estos fachas que nos miran hasta el ombligo...). Tal para cual. Ellos eran un falso Juan Bautista y ahora ha venido el Anticristo inspirado por una gaviota. Así, ese día 20 de noviembre en que comenzó el invierno meterológico trajo consigo el invierno de nuestra democracia.


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